Manos a la obra, desde el encierro y la ansiedad

Vanessa Lanas, Coordinación de Museos del Instituto Metropolitano de Patrimonio (Ecuador).

Los museos tiene la responsabilidad de facilitar el aprendizaje a lo largo de nuestra vida, proporcionando un contexto didáctico de libre elección que permita una gran cantidad de caminos y posibilidades. 

(Alma Wittlin, EVE, Formación Museos y Exposiciones)

En Ecuador, el teletrabajo para muchos sería un descanso, pero en estos momentos más bien parece un juego cruel entre la ansiedad y la incertidumbre. La emergencia sanitaria que actualmente vivimos nos está obligando a terminar con negocios, emprendimientos y hasta sueños. Ver diariamente el incremento de infectados, digerir los problemas político-económicos que ha traído consigo la pandemia y aparte ver el agobiante informativo de la prensa que rara vez tiene buenas noticias, no sólo nos atemoriza pensar en el futuro, sino también en las consecuencias que quedarán en un mundo post COVID-19. Este tiempo ha sido difícil para todos y para el sector de la cultura, mucho más. Aún no tenemos claro cuántos museos han cerrado quizás para siempre sus puertas y cuántos lo están considerando, pero sin duda esta crisis nos ha llevado a todos a replantear nuestras actividades, redirigir las propuestas educativas, delimitar las herramientas de trabajo y, junto con ellas, el apego desconocido a la tecnología que, más que una herramienta, se ha convertido en una prioridad. Con estos antecedentes pude reflexionar sobre mi trabajo y sus debilidades, repensar en los museos donde estuve trabajando durante la pandemia y diseñar actividades que permitieran afianzar el diálogo entre nuestros visitantes y los espacios.

El Instituto Metropolitano de Patrimonio en Quito- Ecuador, custodia tres Museos y Sitios arqueológicos que son: El parque Arqueológico y Ecológico Rumipamba, El Museo de Sitio la Florida y el Complejo Arqueológico Tulipe; cada uno con temáticas distintas y que cuentan con un espacio privilegiado donde se narra la historia de los primeros pobladores de Quito; así como también, el intercambio, las costumbres y tradiciones del pueblo yumbo. Sin descartar todo el trabajo arqueológico, museológico y académico que realiza la institución en diversas zonas de la ciudad. El apoyo de la alcaldía para la manutención de los espacios mantiene sin duda el objetivo fijo de difundir el patrimonio y sobretodo de reforzar la parte educativa. Por tanto una de las prioridades ha sido el acercamiento con los más pequeños incluyendo la realización de talleres prácticos relacionados con la temática de los Museos y acompañado de actividades lúdicas, como danza, música, cuenta cuentos, entre otras que nos ayudaban a reactivar los fines de semana con la colaboración de diversos colectivos teatrales.

Siendo esta una actividad presencial; se suspendió completamente con el cierre de los Museos por la pandemia. Asi que comenzamos a reactivar nuestra base de datos, y trabajar desde la institucionalidad; contactando escuelas y unidades educativas Municipales que deseen participar de diversas charlas de apoyo académico con la intención de realizar un plan piloto de talleres educativos online, donde los estudiantes pudieran conocer más sobre la temática de los museos pero a través de actividades prácticas fáciles de realizar en casa. Para trabajar en los talleres se tomó como referencia aquellos que más acogida tenían y se desarrollaron de acuerdo con la edad y el pensum académico de la institución. De este modo se desarrolló en cada museo el tema más apropiado que identifique al espacio. Por ejemplo; El Complejo Arqueológico Tulipe desarrollo el taller con el nombre: La farmacia Natural de los Yumbos; con la finalidad de dar a conocer la diversa variedad de flora que existe en el sector de Nanegalito-Noroccidente de Pichincha y las diversas prácticas curativas que mantienen sus pobladores; haciendo participes a los estudiantes de este conocimiento; relacionando los usos y apropiaciones que se les da en su comunidad. Por su parte el Museo de Sitio La Florida realizó un taller de cerámica; donde se explico los diversos usos de la arcilla, sus componentes y las diversas formas y materiales encontrados en el sitio y por último El Parque Arqueológico y Ecológico Rumipamba presentó un taller de pigmentos vegetales; mostrando los diversos colores y usos que tenían ciertas plantas en la cotidianidad de los pueblos precolombinos y como estas formas aún se mantienen en algunos sectores.

Cada una de estas charlas que fueron realizadas a través de plataforma Zoom formaban parte del programa “Guardianes del Patrimonio” que la misma institución incentivaba siendo dirigidas al Colegio Sucre y Unidad Educativa Espejo como plan piloto de trabajo comunitario. Durante las charlas se pudo interactuar de forma activa con los estudiantes, utilizando los materiales de cada taller que fueron solicitados previamente como: plantas, alimentos, plastilina, arcilla, marcadores; entre otros; a su vez también los mediadores utilizaban diversos materiales de exposición como: maquetas, réplicas, sonidos y videos que hicieron de la experiencia una presentación más dinámica generando preguntas y comentarios de los participantes y docentes.

En base a todas las inquietudes y emociones que se dieron durante las charlas se comenzó a implementar una serie de artes lúdicos que se puedan difundir en las redes del Instituto y que vaya en dialogo con los temas que más acogida tenían sobre los espacios. Actividades que permitan trabajar en familia y que puedan generar diálogos y lecturas diversas de las piezas a través del juego.

Figura 1. Charla de la Unidad Educativa Sucre, personal del Instituto Metropolitano de Patrimonio. Captura de pantalla, 2020.

Dentro de las actividades teníamos Manos a la obra que era una guía interactiva de como realizar una vasija con plastilina casera, descrito en 5 pasos básicos fáciles de entender, elabora tu propia chakana; así también como actividades de apropiación; por ejemplo encuentra el camino, donde a través de diversos personajes se utilizaba a los laberintos para relacionar el comercio de la sierra y la costa; o los rompecabezas con las piezas; que permitían identificar la pieza desde diferentes perspectivas a través de pistas. Este primer acercamiento a nuestros visitantes nos permitió evaluar las debilidades que como institución teníamos y crear otras actividades que puedan generar curiosidad, y a su vez nos permitan trabajar de una forma más amigable con las piezas y los espacios. Es así como se comenzó a investigar más a fondo los temas de interés e implementar diversas herramientas digitales accesibles que fueran acorde con las necesidades de nuestros seguidores. Se optó por romper parcialmente el discurso tradicional y fomentar a que los visitantes crearan su propia forma de entendimiento, reinventando el concepto de lo que miran a través de los objetos y, sobre todo, llegando a involucrarse y formar parte de ellos. Como lo menciona Silvia Alderoqui y Constanza Pedersoli (2011: 6) “Educar la mirada no es imponer una mirada legítima, sino ayudar a los otros a construir la propia”. Al final de la visita, la interpretación de los objetos la hacen los usuarios y son ellos quienes componen la exposición y le dan vida con su crítica y su debate.

En este sentido, como educadores es importante que nos preguntemos qué debemos hacer con los museos ahora. Si bien es cierto todo espacio museográfico, de cierta forma, es un templo que resguarda bienes patrimoniales, también puede ser un espacio participativo que integre a las diferentes audiencias pero, sobre todo, que acerque los conocimientos a todos los visitantes. En estos momentos tan críticos que estamos viviendo, donde las personas buscan en las redes sociales un momento de distracción, podríamos aprovechar para cambiar y mejorar los conceptos de usuario que como academia seguimos manteniendo. Me pregunto: ¿por qué tenemos miedo a que los visitantes opinen sobre una exposición o que participen en el diseño de actividades educativas? Pensamos e invertimos tanto dinero en proyectos educativos, para niños, colegiales y universitarios, que muchas veces quedan en el papel, porque el presupuesto se acaba o no alcanza. ¿Por qué no abordar proyectos para niños desde el concepto de un niño? , ¿por qué no utilizar las redes sociales no sólo como un instrumento de comunicación, sino como un instrumento de debate y construcción? Quizás en este tiempo de encierro, donde estamos aprendiendo a la fuerza a conversar y escuchar, podríamos aprovechar y conocer a nuestros usuarios, entender sus necesidades, conocer sus destrezas e inquietudes y sobretodo valorar sus aportes y comentarios. De esta forma, tal vez las exposiciones que tanto dinero cuestan tendrían mucho más valor que sus fotos y videos.

Conclusiones:

La pandemia sin duda nos ha traído frustraciones pero también ha sido un tiempo de reflexión y cambio;  nos hizo comprender que, como educadores, los espacios museográficos no sólo se encuentran cerrados por la emergencia sanitaria, sino que también nuestro pensamiento ha caducado. Es el momento de abordar el concepto de museo desde sus cimientos, desde su filosofía conceptual; recapitular sobre lo que se ha realizado, reflexionar en lo que se ha fallado y pensar en el museo como un medio de comunicación. Debemos entender que no es el contenido lo que se desea obtener de una visita, sino la construcción de nuevos conocimientos; ver a los visitantes no como un número en el papel, sino como un lienzo en blanco en el que puedes plasmar grandes obras.

Mi padre me decía “No existe mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista; el ser humano es tan maravilloso que en las peores necesidades es capaz de crear grandes cosas”. Justamente es esto lo apasionante y controversial de trabajar en museos: nunca sabes lo que puede pasar, todo puede variar, mejorar y reinventarse constantemente. Museos y cambio siempre están de la mano y es justamente esto lo que convierte a la pandemia en una oportunidad de aprender de los objetos y nutrirse de las audiencias. Estamos viviendo momentos difíciles; pero como educadores tenemos la valiosa oportunidad de crear, dejar a un lado los viejos paradigmas que aún nos atan al pasado y retomar el presente con fuerza.

Referencias:

  • Cecília Helena de Salles Oliveira, Museos de historia y producción de conocimientos: cuestiones para debate,  En: Procesos, (Quito-2014), 120
  • Adelroqui Silvia; Pedersoli Constanza, Cristales para mirar,  6, la educación en los museos. De los objetos a los visitantes, Buenos Aires, 2011.

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